A veces, los sueños, se hacen realidad.

Ahí estaba yo, disfrutando a bocanadas el día, cuando me encontré con esto:


Y entonces cerré los ojitos, me froté las manitas, y le pedí a la vida que a alguien se le ocurriera esto:


Y pues sí, a veces -vaya que muy a veces-, cuando uno menos lo merece: los sueños se hacen realidad.