Caminar. Me parece.
Para que todo el universo (que eres tú) quepa en este par de líneas huecas habría primero que eliminar todo aquello que pudiera sobrar. Mi melón. Nada en ti sobra. Ni las rabietas, ni las caras largas, ni los Domingos…
Lo que encuentras aquí es lo que digo entre dientes cada ves que me siento en una sobremesa, y de entre las memorias me pongo a recordar el camino. Lo expresado aquí es mera coincidencia. Ideas sueltas. Ningún dogma ha sido empleado en la creación de estas letras.
Hemos venimos a narrarnos (me parece), y ante tal premisa lo que nos queda es aprender a contarnos las cosas de la mejor forma posible: con emoción. No vaya a ser que el cuento después sea muy largo, o el camino muy escaso. El peor miedo de todos es olvidar las cosas. Este espacio es eso: un lugar para recordarlo todo. Y emocionarnos.
¡A ello!