A veces, los sueños, se hacen realidad.
Ahí estaba yo, disfrutando a bocanadas el día, cuando me encontré con esto: Y entonces cerré los ojitos, me froté las manitas, y le pedí a la vida que a alguien se le ocurriera esto: Y pues sí, a veces…
Lo que encuentras aquí es lo que digo entre dientes cada ves que me siento en una sobremesa, y de entre las memorias me pongo a recordar el camino. Lo expresado aquí es mera coincidencia. Ideas sueltas. Ningún dogma ha sido empleado en la creación de estas letras.
Hemos venimos a narrarnos (me parece), y ante tal premisa lo que nos queda es aprender a contarnos las cosas de la mejor forma posible: con emoción. No vaya a ser que el cuento después sea muy largo, o el camino muy escaso. El peor miedo de todos es olvidar las cosas. Este espacio es eso: un lugar para recordarlo todo. Y emocionarnos.
¡A ello!